Las aguas sonorosas de los Tajos de la Virgen
Hay una fealdad en Sierra Nevada que me permite
llegar al corazón de Sierra Nevada. Es la inmensa carretera y la estación de
esquí. De vez en cuando veo a lo lejos algo rojo, fuera de las pistas, son
plásticos que han volado de la estación.
Pasado el collado entre el observatorio astronómico y el blanco radiotelescopio, accedemos al valle del río Dílar. Entramos en la región de los Tajos dela Virgen , aún hay señales de
pistas y remontes, y lagunas represadas, como la de Las Yeguas. Dice Severino Pallaruelo (escribiendo de los Pirineos), que a la montaña, es mucha la agresión que
hay que hacerle para sacarle dinero.
Pasado el collado entre el observatorio astronómico y el blanco radiotelescopio, accedemos al valle del río Dílar. Entramos en la región de los Tajos de
Un poco más de camino, sobre una altura que ronda los 2.900 metros , aquí y
allá aparecen los lagunillos de la Virgen.
Es 13 de julio de 2013, un buen momento para que las flores
alpinas estén en toda su gloria, para que todo rezume agua, incluso inundando
parte de los borreguiles y que los neveros cubran las orillas de los
lagunillos. Hay ranúnculos blancos y amarillos,
mariposas y sobre todo el sonido del agua. Estoy a 2.831 metros y a las
tres de la tarde el sol calienta hasta los 33º C. Aquí, la soledad, la nieve y
la austeridad de los esquistos hacen del territorio un lugar eterno.
Flores encontradas en esta zona:
Arenaria tetraquetra
Armeria splendens
Chaenorhinum glareosum
Crepis oporinoides
Cystopteris fragilis
Dianthus brachyanthus
Gentiana alpina
Gentiana sierrae
Jasione amethystina
Leucamthemopsis pectinata
Nevadensia purpurea
Plantago nivalis
Ranunculus acetosellifolius
Ranunculus demissus
Saxifraga granulata
Sedum melanamtheru
Sempervivum minutum
Veronica nevadensis
Viola crassiuscula
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