'Viaje a la Antártida', de León Lasa
He mirado en Internet el precio del viaje en el MS Fram a la Antártida y cuesta entre
9.000 y 14.000 euros. El escritor de viajes León Lasa lo ha hecho. Y ha escrito
un libro doblemente apetecible. Porque es ir a unas islas y a un continente
inhóspito, fascinante, de tiempo inclemente aún en el verano austral; y también
es un viaje al espíritu tranquilo de este viajero y su mirada de estos parajes.
Así, coincido, yo solo leyendo, con el gusto por los lugares
solitarios, apenas humanizados y donde la naturaleza se impone con la fuerza
del hielo, de los vientos y de las olas. El Fram, buque noruego moderno y
confortable, visita Las Malvinas, las Georgias del Sur, las Islas del Rey Jorge
y la península Antártica. Hubiera deseado más presencia en estas páginas de la
imponente fauna de focas, pingüinos y aves árticas. Dice Bruce Chatwin: “Los
albatros y los pingüinos son las últimas aves que se me ocurriría matar”, en su
libro ‘En la Patagonia ’,
un rincón por el que también ha viajado y escrito León Lasa.
El rudo escenario antártico pasa ante el moderno y
confortable barco, donde “no había televisión… y salvo excepciones Internet, el
uso del móvil era prácticamente imposible… El mundo sin estímulos, sin picoteo
constante, sin permanente distracción”.
Lo que permite horas y horas de recogimiento en el camarote, y a través del
gran ojo de buey ver pasar un mar encrespado y trozos de hielo. “Allí dentro,
con una taza de café caliente entre las manos y un libro cerca, me sentía a
salvo de todo”.
Y entre libros y desembarcos a recónditas playas, y buscando
libros en la Malvinas ,
y allí donde una fila de casas asemeja una calle, se suceden sabrosas
reflexiones sobre literatura, el medio ambiente, la superpoblación, el
calentamiento global e incluso sobre el futuro de los hijos. Por supuesto, se
repasa la historia de los primeros navegantes, la mayoría españoles. Y de los
grandes exploradores, Scout, Shackleton, Amundsen, Cherry Garrard u Oates.
“El Fram parecía patinar sobre un mar en calma, encajonado
entre una y otra tierra: estábamos en el estrecho de Gerlache, sin duda uno de
los lugares más hermosos del mundo”. No he estado, no he viajado en el Fram,
pero he estado y he viajado en ese barco noruego, gracias a León Lasa.
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