A Seamus Heaney, su señorita Walls y Dan Taggart
Aprendió de la
señorita Walls el misterio de la metamorfosis del renacuajo, de cómo la rana
macho y la hembra se emparejaban y la hembra depositaba “la baba tibia y espesa
de las huevas”. A los 25 años cuando escribió el memorable poema ‘Muerte de un
naturalista’, aún debía tener fresca en la memoria la recogida de huevos de
rana, en primavera. Llenar tarros de mermelada con ellos, y ponerlos en fila en
la ventana y “observar con paciencia / hasta que esas manchitas se hicieran
renacuajos, / y ver cómo nadaban con destreza”. El 30 de agosto murió Seamos
Heaney, el bardo irlandés, premio Nobel, después de una corta enfermedad y con
solo 74 años.
En sus poesías
habló de la cuestión irlandesa, de su catolicismo. Lo hizo con humanidad en un
“pulso entre lo lírico y lo cívico”, leo en el obituario firmado por Manrique
Sabogal. Cuando le concedieron el Nobel, en 1995, busqué un libro suyo en la
librería de Pipo: Norte (Editorial Hiperión). Y por encima de versos políticos,
y las referencias históricas, se grabaron en mí los pequeños detalles de la
naturaleza. “Una mañana en Devon / encontré un topo muerto / perlado de rocío.
/ Yo pensaba que el topo / era un excavador de fuerte osamenta / pero allí
estaba / pequeño y frío / como el mango de un formón”. Entonces el pequeño
volumen de pastas verdes y un tosco dibujo en negro de vikingos, me acompañó a
algunas excursiones, como un libro escogido para grandes encuentros con el
viento y la hierba. “En diciembre en Wicklow: / Los alisos gotean, los abedules
/ Heredan la luz última”.
Seamus Heaney hace
también arqueología con sus versos, y rescata huesos y momias del suelo, del
barro. Miro el estrecho lomo de North, y sé que hay está ‘El hombre de Grauballe’,
la perturbadora momia de la Edad
de Hierro, conservada por una turbera de Dinamarca: “Tal que vertido / en brea,
yace sobre almohada de césped / y parece llorar / su propio río negro”.
Seamus tenía
seis años cuando vio por primera vez a Dan
Taggart ahogar gatitos. Esto es la
poesía.
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